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Displasia adquirida en nuestros amigos los boxer

Hace pocos días, esperando los resultados de la radiografía de displasia que he realizado a mi perra más joven, tuve la oportunidad de hablar sobre esta enfermedad con el veterinario que le realizó la placa. Este veterinario, comentó conmigo algunos aspectos de la enfermedad y me pareció, aparte de un excelente veterinario, un verdadero amigo de los animales y un profesional, que verdaderamente le interesa esta afección. Al margen de ser una persona sencilla y coloquial, lo cual le honra.

Me habló de los factores medioambientales que pueden incidir en un mal desarrollo de la articulación coxofemoral, lo cual en un principio yo siempre desestimé, pensando equivocadamente que esta enfermedad solamente es una cuestión de heredabilidad y que los factores medioambientales son milongas. Es decir, jamás tuve en cuenta la displasia adquirida y solamente tuve en cuenta la hereditaria. Pero después de mi charla con este excelente veterinario y un amplio repaso de artículos sobre esta enfermedad, me han hecho cambiar de opinión y animarme a escribir sobre algunos factores que influyen en el desarrollo de nuestros amigos y por supuesto en el desarrollo de esta enfermedad y que creo que no se comentan lo suficiente, para, de ésta forma, poder ayudar a disminuir su presencia entre nuestros amigos.

Aunque el tema que voy a tratar es sobre displasia adquirida y con ello, los factores que intervienen negativamente en el buen desarrollo de las caderas de nuestros perros, voy a hacer un breve repaso de conceptos básicos.

La Displasia de Cadera es una mala congruencia entre la cavidad acetabular (caderas) y las cabezas femorales, produciendo una subluxación o luxación y degenerando en una artrosis posterior. Los efectos son dolores,  inflamación,cojeras, laxitud de la musculatura pélvica, en fin,  se podría resumir, en un sufrimiento de nuestros amigos.Salvatore Marrichano de Cinco Rosas  -Macho Boxer

Se trata de una enfermedad multifactorial que presenta un fuerte componente genético y un alto índice de heredabilidad pero también con unos factores ambientales que la hacen desarrollarse en mayor medida.

Se da principalmente en perros de tallas medianas, grandes y muy grandes, pero sobre todo en razas en las que el crecimiento es muy rápido. Como podemos ver, el Boxer es un perro de tamaño medio-grande pero que tiene la característica de crecer mucho en poco tiempo, por lo que se puede afirmar que forma parte de este grupo de riesgo.

El factor hereditario es poligénico y esto es un importante condicionante genético, por lo que la radiografía de displasia es una medida eficaz, pero no completa, dado que en una radiografía, lo que se puede apreciar es una displasia fenotípica, pero no genotípica, por lo que lo más apropiado sería hacer un seguimiento de la descendencia de los sementales y reproductoras a fin de poder obtener conclusiones mas reales. Como siempre, no solo debemos ampararnos en lo que se ve ( radiografía) sino en lo que no se ve y esto solo se puede apreciar a través de la descendencia (estudio empírico)

Los factores ambientales también influyen en el desarrollo de esta enfermedad. Como principales factores ambientales voy a describir:

 

  • Ejercicio excesivo en perros en fase de crecimiento y desarrollo.
  • Alimentación con fuertes concentraciones de proteínas.
  • Sobrepeso en cachorros y jóvenes.

 

Hace  mucho tiempo escribí para una revista un artículo sobre la presentación en un Ring de perros de nuestra raza. En este artículo, yo animaba a ir preparando a nuestros perros desde su edad más joven, pero teniendo siempre en cuenta que el perro tiene que crecer y que es un gran error que cometemos todos el querer ver a un cachorro ya como un adulto y que una falta de paciencia nos hace cometer errores, entre los cuales, y ahora que viene al caso, un mal desarrollo de las caderas de nuestro perros. El cachorro tiene un tiempo de crecimiento y hasta convertirse en el ejemplar apuesto que todos deseamos, debe pasar tiempo. Los dos primeros factores ambientales que describo más arriba están directamente relacionados con esta falta de paciencia.

Queremos ver a nuestros cachorros convertidos lo antes posible en esos hermosos ejemplares que anhelamos, para lo cual les sometemos a un ejercicio desmesurado y a veces rayando en lo violento, con el fin de conseguir un desarrollo muscular no propio de un perro de su edad. Con esto, lo que hacemos, es olvidarnos de que todo tiene su tiempo y nuestros amigos pagan las consecuencias, desgastando las articulaciones, todavía no bien formadas y favoreciendo el desarrollo de una posterior displasia. Siempre recomendé, que el cachorro y el joven, el único ejercicio que tienen que hacer es pasear conforme le dicte su deseo. Subir cuestas y escaleras en exceso, arrastrar pesos, carreras largas, etc, no solo no van a servir de nada, sino que van a provocar sobreesfuerzos y alteraciones que terminarán en lesiones, entre otras en sus cavidades coxofemorales.

Los piensos que estamos adquiriendo, tanto los “buenos” como los “menos buenos”, llevan en sus fórmulas, excesivas concentraciones de proteínas, de grasas y de calcio. ¿Por qué ocurre esto? Ocurre, por que los fabricantes, en su labor de Marketing y de ventas, dan piensos que favorecen un rápido desarrollo de nuestros perros, para satisfacer, no las necesidades de estos, sino nuestras ansias por ver a nuestros pequeños amigos, convertidos lo antes posible en extraordinarios ejemplares, si, esos que soñamos cuando los vemos en su más tierna infancia.

El sobrepeso de nuestros amigos también favorece la aparición de procesos degenerativos como la displasia, en los piensos de cachorros vemos dietas hipercalóricas (exceso de grasas) y hasta los preferimos sobre otros con menos dosis de estos componentes. Si a esto le unimos perros que están enclaustrados y que no se mueven, pero que si se levantan a menudo, dado que no pueden andar por falta de espacio,  cualquier cosa les llama la atención, haciendo forzar continuamente sus todavía tiernas caderas. Con esto conseguimos perros cachorros o jóvenes con sobrepeso y  posturas forzadas que desgastan las caderas y favoreciendo que los pobres animales terminen desarrollando esta enfermedad.

En resumen, el radiografiar a nuestros reproductores y observar su descendencia nos servirá de gran ayuda para reducir al máximo la incidencia de esta enfermedad, pero no debemos olvidarnos de los factores ambientales, los cuales inciden sin lugar a dudas en el buen desarrollo de nuestros amigos.

JUAN MANUEL RODRIGUEZ
CINCO ROSAS  BOXER