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El Boxer en Familia

Articulo escrito por Juan Manuel Rodriguez , publicado en la Revista El Mundo del Perro nº 356 del mes de Noviembre del 2009

 

EL BOXER EN FAMILIA

Una de las razas de perros que más habitualmente vemos  paseando por las calles o por los parques con sus amos, desde hace muchos años, es sin lugar a dudas nuestro amigo el Boxer.

Podemos decir sin temor a equivocarnos que el Boxer ni está de moda ni ha dejado de estarlo, se trata de una raza muy popular en España desde hace mucho tiempo. Paola con cahorros de la camada I de Cinco Rosas

 

Recuerdo cuando paseaba por las calles de Madrid con mi primera Boxer, que algunas personas me miraban a mí y a la perra con cierto recelo y algunas se atrevían a decirme que era una perra muy buena pero que con esa cara daba algo de miedo. Esto ocurría cuando no era tan conocido, pero hoy día el Boxer es uno de los perros más populares y del que todo el mundo sabe que es noble, obediente y cariñoso con los niños. Es una de las razas ideales para convivir con niños.

Para convivir con la familia, el perro debe estar educado porque si no es así, puede ocasionar algunos trastornos en la convivencia. Creo que lo que le digo a todas las personas que comienzan a convivir con un Boxer es la base de la convivencia: “No dejes hacer a tu cachorro lo que no le permitirás de adulto”. Este es el comienzo para una feliz y equilibrada convivencia entre nuestro Boxer y nuestra familia.

El Boxer es un perro que aprende pronto y desde sus primeros días en nuestra casa debemos enseñarle los lugares o muebles en los que no debe estar. Es cuestión de paciencia y constancia, simplemente un NO en tono seco, poco a poco irá enseñando a nuestro cachorro a saber y respetar los lugares que puede compartir con la familia y los que no.

Cuando es un cachorrito hará sus necesidades espontáneamente en el lugar que más le convenga, pero a un Boxer le podemos enseñar rápidamente a hacer sus necesidades fuera de la casa. Basta con estar pendientes de ellos, sobre todo después de las comidas, para llevárnoslos a la calle a que hagan sus necesidades allí y felicitarles cariñosamente cuando lo hayan hecho bien. Si en casa les sorprendemos haciendo un pis o una caca, inmediatamente, no cinco segundos después, sino inmediatamente, le diremos un NO seco, para que se vaya dando cuenta de que ese no es el sitio. Con paciencia y constancia lo conseguiremos en poco tiempo y algunas veces después de haber estado con el cachorro un buen rato, sin que haya hecho sus necesidades en la calle, nada más llegar a casa, se hará pis, pero no debemos desesperar, aprenderá pronto.Paola con un cachorro de la camada N de Cinco Rosas

El Boxer es un perro atlético y por lo tanto el ejercicio es fundamental para él. El paseo es su momento de liberación, de ejercicio, de relacionarse con la sociedad. Debe hacer ejercicio, al menos una hora y media diaria y al menos tres salidas diarias. Cuando el Boxer es bebé, lo mejor que se puede hacer es pasear y que él se vaya dosificando, por supuesto no someterlo a ningún tipo de disciplina para que se desarrolle más fuerte. Es un error hacerle correr sin parar por cuestas arriba para fortalecer las traseras o someterles a demasiadas carreras para fortalecer su musculatura en general. Lo que conseguiremos con estas prácticas es que se lesione. Poco a poco, su musculatura y apariencia atlética irá desarrollándose hasta convertirse en el coloso que soñamos. Para pasear lo que debemos llevar es su collar y una correa o traílla de unos 150-200cm. No aconsejo que se le ponga un arnés pues este artilugio le permite tirar con insistencia y cuando es cachorro podemos dominarlo, pero cuando es adulto es posible que no podamos sujetarle. El collar al cuello es la mejor forma de enseñarle a ir a nuestro paso desde que es pequeño. Cuando tire demasiado, le daremos un tirón seco, no fuerte, sino seco y nos paramos, para inmediatamente después volver a caminar, así cada vez que el cachorro tire con demasiada fuerza. Nuevamente con paciencia y tesón, lograremos llevar un perro disciplinado a nuestro lado.  Nunca soltarlo. Un perro suelto en la ciudad es un peligro, puede ser atropellado, tirar a un niño o incluso pegarse con otro perro. No olvidemos que el Boxer es una raza con carácter dominante. Si lo soltamos debe ser en el campo abierto, pero nunca en las ciudades o zonas en las que haya personas, niños y perros.

La alimentación de nuestro Boxer es importante para que termine siendo el animal que imaginamos cuando decidimos que sería nuestro compañero. Los piensos son una solución equilibrada y eficaz para el buen desarrollo. Desde pequeño solo debe comer pienso. Si le damos golosinas, estas le gustarán más y dejará de comer su pienso, con lo que habremos logrado tener un problema. Además las horas de las comidas deben respetarse al máximo para desarrollar una rutina. Ha de ponerse su comedero con pienso y esperar a que se lo coma. Si no se lo come después de unos 15 minutos, retirar el plato hasta la próxima toma. No nos dé pena, es por su bien. He llegado a conocer casos de perros inapetentes y todos ellos se debían a que sus amos les daban golosinas entre horas o  a que les dejaban el comedero por pena todo el día. Si seguimos esta pauta de darle de comer a sus horas, nunca tendremos problemas. Nunca olvidaremos tener agua limpia a su disposición.

Cuando vienen visitas a nuestra casa, a nuestro Boxer le gustará ser uno más y así debe ser, salvo que alguna de las personas que nos visiten les disguste. Soy partidario de no invitar a quien no le gusta compartir una velada con mi perro. Lo que ocurre, es que el Boxer es muy efusivo y en su ánimo de celebrar  la visita, es posible que se abalance sobre ella. Cuidado, puede ser una persona mayor o un niño y tirarlos al suelo. Esto se le puede enseñar desde pequeño para que cuando “salude” lo haga de forma cariñosa pero sin brusquedad.

Dicen del Boxer que es demasiado confiado y que no guarda la casa. En mi opinión esto no es cierto, un Boxer sabe guardar una casa. Lo que ocurre es que es poco ladrador, lo que no viene nada mal si vivimos en una casa con más vecinos. Pero es un animal que por su carácter y por su fortaleza física sabe y puede guardar una casa. No digamos su aspecto, el cual hace pensar al posible agresor que es mejor no meterse en líos. Afortunadamente en los muchos años que mis Boxer viven en casa no he necesitado su ayuda nada más que dos veces, pero en las dos, el resultado fue  el esperado. No confundamos nunca seguridad en si mismo con complacencia para con los extraños. Un perro seguro ladra poco y no muestra agresividad antes de tiempo pero a la hora de la verdad un Boxer demuestra el coraje que atesora.

Quien ha tenido un Boxer es muy difícil que vuelva a tener otra raza, esto se debe a su especial muestra de sentimiento, a su expresividad y nobleza y a su porte elegante y atlético. Si además es obediente, respetuoso, limpio y guardián… ¿Qué más podemos pedir?

Juan Manuel Rodríguez

CINCO ROSAS BOXER