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PERRO TECNICO VERSUS PERRO ESPECTACULAR

Artículo escrito  por nuestro amigo Carlos Rodríguez del Afijo Mencey Taoro, al cual damos las gracias por volver a colaborar en nuestra web.

 

PERRO TECNICO VERSUS PERRO ESPECTACULAR

 

 

Mucho se ha escrito sobre el aspecto externo correcto que debería tener el Boxer, bien de manera global o bien de manera analítica, desglosando los diferentes segmentos corporales que lo componen. En este artículo; sin embargo, no pretendo abordar estos temas en profundidad. Tampoco quiero que se entienda como un artículo dirigido a crear fórmulas para criar un ejemplar mejor, ni un sistema de crianza ejemplar; ya que hay criadores mucho más cualificados que yo para hacer eso. Lo que sí intentaré hacer ver al lector es que tanto el perro técnico como el espectacular tienen mucho que aportar a la cría y al show.

 

Seguramente las opiniones que voy a vertir en estas líneas no irán encaminadas a aportar nuevos datos al criador experimentado, aunque me encantaría que las encontraran como un punto de vista interesante; ni tampoco a los iniciados, a los que lamentablemente no podré ofrecerles un texto de alto contenido didáctico, donde poder adquirir más conocimientos, aunque sí sería muy de mi agrado que les sirviera como un enfoque nuevo por donde redirigir sus miras. Lo que realmente pretendo es poder dejar abierta una posible reflexión a todos los boxeristas en relación al tipo más idóneo de Boxers que deberíamos encontrar en los rings y a aquellos que se deberían valorar más para la cría. Cómo poder manejar esas dos tendencias: Boxer técnico a secas o Boxer puramente espectacular, sin que ambos supongan un punto de enfrentamiento. Me encantaría poder transmitir todo esto desde un punto de vista neutral, como el de un reportero que se encuentra en un país lejano a su patria y que trata de comunicar a sus conciudadanos lo que allí sucede, sin tener por ello que hacer un juicio de valor.

 

El Boxer es un atleta. Es la raza que mejor consigue equilibrar la mezcla entre un musculoso moloso con la elegancia de razas más estilizadas, como por ejemplo lo son el grupo de los pinscher; sin parecer toscos como los primeros, ni ligeros como los segundos.

 

 

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                                                     Fig. 1 Excalibur v. Hofmannstal. La imagen de un atleta.

 

Esto ha sido así sin duda por el gran trabajo realizado por muchos criadores y clubes que han hecho evolucionar de manera extraordinaria a esta raza desde finales del siglo XIX, donde era un tipo de perro de aspecto muy diferente, hasta el día de hoy.

 

                                           

 

                       Fig. 2 En la foto de 1896, dos de los creadores de la raza: Robert y Konig en una reunión boxerista con los primeros ejemplares de Boxer, muy diferentes a los de hoy, sobre todo destaca su menor tamaño y su mayor tosquedad.

 

Aunque no se sabe muy bien qué factor ha hecho que el Boxer sea en la actualidad tal y como es, ya que mirando a aquel Boxer de principios de siglo XX e incluso de mediados, nunca se podría haber augurado que las infinitas tendencias posibles derivadas de aquéllos hubieran evolucionado en la que predomina hoy.

 

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Fig. 3, 4 y 5 Lustig v. Dom (1933-1945) . Pese a ser conocido como el primer Boxer moderno, a su aspecto todavía le faltan retocar detalles para ser como los de hoy. Nacidos en el 59 y 60 respectivamente, Godewind v. Dom transmitiría una construcción fuerte a sus descendiente y combinaría muy bien con la línea más estilizada de Witherford Hot Chesnut, a su derecha, padre del Boxer moderno.

 

Mirando ciertas opiniones de algunos buenos conocedores y maestros de la raza sobre la tendencia que se debe llevar y sobre quién es el responsable de la misma, veo que es un tema que conlleva muchos puntos de vista encontrados.

 

El Boxer posee una tipología diferente en cierta manera al resto de las razas, unos opinan que fruto de un trabajo laborioso y estudiado encaminado a servir a ciertas prestaciones y otros que dicen que, lo que en principio fue una morfología creada para cumplir una función específica, ha acabado con otra que, más bien parece manipulada para crear un ejemplar de estética peculiar, donde se quiere hacer de lo exagerado algo hermoso.

 

En cuanto a saber quién es el depositario principal de la tipología deseada todos opinamos indudablemente que es el standard de la raza. Si tenemos que debatir acerca de quién es el encargado de velar por la salud de dicho texto, para que sus directrices se vean refrendadas en los ejemplares que acuden a las exposiciones ya la respuesta es menos clara. Estamentos (entendido como tal tanto a un grupo oficial como no, que trata de organizarse para llevar a cabo un fin común)  y jueces, hacen las normas unos y “filtran” y depuran el resultado de la crianza los otros. Pero si no hay crianza no hay “producto”. Los criadores somos por tanto, una parte muy importante, yo diría que esencial en este proceso. Sólo el buen entendimiento entre los ejes de esta base triangular puede hacer que el resultado sea el óptimo, como resulta que así ha sido porque todos estamos encantados de cómo es hoy nuestro Boxer. Está claro que los clubes de raza dirigen los designios de la tendencia a seguir en su país y que ATIBOX es la organización que trata de aunar criterios entre los diferentes países, pero ambos estamentos oficiales tienen en determinados casos un perímetro de acción limitado, ya que en ciertos países conviven varias tendencias y no se ha logrado aún unirlas de manera clara.

 

 

Quiero tocar el tema estamental, no solo desde el punto de vista institucional, sino también desde el propiamente informal o extraoficial, porque viendo determinados países se ve la influencia de estos dos en el tipo de boxer que en ellos se destila. En algunos países la organización del club y el tipo de juicios que se llevan a cabo hace que se vea un Boxer diferente al, vamos así llamarlo: más universal. Otros, sin embargo, no se alejan tanto del mencionado tipo “universal”, pero van creando estilo los que más se parecen a los ejemplares de los criadores de influencia de la zona: es a lo que me refiero con lo de “estamento informal o extraoficial”.

 

En España, por ejemplo, bajo mi punto de vista, encontramos dos tipos: el Boxer “universal”, que es similar al boxer modelo que se lleva de manera más común en toda Europa; y al ejemplar que procede del Boxer del estamento informal, es decir aquél con una tipología similar al que le gusta criar a algunos criadores de influencia.

 

          

 

Fig. 6 (izquierda) las líneas de Loermo triunfaron en la década de los 80 y 90 en España y abrieron el camino del éxito del Boxer español en Europa. Tenor de Loermo fue el culmen de una tendencia de Boxer a la que muchos criadores se apuntaron de manera exitosa y en la que hay que destacar aun más en la reproducción a su hermano completo, Apache.

Fig. 7 (Derecha) Las líneas italianas tuvieron en Teck del Colle dell’Infinito a uno de sus mejores representantes. Fue una tendencia muy aceptada por gran parte de España y Europa en la década de los 90, directamente responsable de la gran evolución de nuestra cabaña nacional.

 

 

Todo esto lo comento no como experto en temas de organización de club ni sociología, facetas que no domino en absoluto; tan solo lo utilizo para analizar el proceso por el cual se han creado de una raza inicial varios tipos y tendencias y el por qué no se ha podido unificar.

 

Llegado a este punto donde vemos a un Boxer creado con tintes funcionales, pero también con matices estéticos, con una directriz formal basada en los preceptos del estándar, pero en otras dos basadas bien en las tendencias particulares o bien en las de un país, es cuando deberíamos preguntarnos por qué no es más fácil encontrarnos con un tipo de Boxer y punto.

 

Según mi opinión existe un solo tipo de Boxer, si nos atenemos al patrón que se cría en nuestro continente, pero con muchas tendencias. No es así si miramos para otro continente, donde el tipo de Boxer que se cría es muy diferente al de éste.

 

 

           

 

Fig. 8 (izquierda) Ejemplar de tipo americano. Destaca su elegancia sobre su robustez. Aparte de los matices corporales se puede apreciar una clara diferencia en el aspecto de su cabeza.

Fig.9 (derecha) Ejemplar tipo inglés. También muy elegantes. Salvo excepciones de perros muy “Europeos”, las cabezas son menos fuertes que las del resto del continente.

 

Entre estas tendencias encontramos a quienes prefieren más al ejemplar de show o espectacular y quienes prefieren al ejemplar más correcto y comedido en atractivo. Por ejemplo, en el centro de Europa se destila más el ejemplar correcto, aunque esto no quiere decir que no existan animales realmente llamativos y espectaculares; sin embargo, en el sur somos más dados al show; pero dentro de esta predominancia, hay criadores que son buenos estilistas de la corrección.

 

Lo ideal sería encontrar al ejemplar correcto que fuera espectacular. Eso nos daría un ejemplar completo, pero todos los que nos dedicamos a la cría en mayor o en menor medida sabemos que ese ejemplar aparece en un porcentaje desgraciadamente escaso, no sólo en el ámbito de un criadero de prestigio, sino que me atrevería a ampliar el perímetro de dicho ámbito al de todo un país.

 

Para entendernos deberíamos desglosar varios conceptos para tener claro lo que es un ejemplar técnico (correcto) y lo que es un ejemplar espectacular.

 

Lo más importante y lo que le da tipicidad a la raza es su cabeza. Desgraciadamente no puede existir un ejemplar magnífico si el resto de su cuerpo no es igual de bueno; sin embargo es más fácil encontrar a un buen ejemplar con buena cabeza y cuerpo correcto que al revés. Un Boxer con una cabeza correcta, es decir justa, puede ser un ejemplar típico, pero jamás conseguirá ser, bajo mi punto de vista, un gran ejemplar.

 

El tipo correcto de cabeza debe corresponder a la proporción 1:2 hocico-cráneo, sin embargo, es una medida  que en raras ocasiones se da entre nuestros ejemplares modelos que tienden a acercarse al 1:3. Por lo general las cabezas que vemos en los ejemplares de más nivel tienen buen cráneo, son limpias de arrugas y poseen excelentes expresiones. Sin embargo, los hocicos no se están cuidando demasiado. Solemos ver hocicos de anchura media, con buen relleno y poca altura, con belfos escasos, pero de bonito dibujo. Las dentaduras como no se ven, no se cuidan y suelen haber ejemplares con bocas estrechas y dientes mal alineados y pequeños. En conjunto la cabeza luce bonita, pero con tendencia al dolicomorfismo.

 

 

                                           

 

Fig. 10 Foto de cuerpo de una perra referente en un país de gran nivel boxerista en Europa para comparar la proporción cabeza-cuerpo. En la misma se aprecia que el indice cefálico más propio de un brquicéfalo es de un dolicocefalo.

 

 

 

Fig 11, 12 y 13  (de izq. A der.) Vemos a tres perros ganadores. El primero con belfo más escaso y menor altura de hocico es un boxer actual de origen del sur de Europa. El segundo es Quarry degli Scrovegni campeón de la década de los 80 y el tercero una tendencia actual del centro de Europa, conservando la apariencia de los boxers de los 80.

 

                            

 

Fig. 14 y 15. En las perras es más frecuente encontrar hocicos menos fuertes. En estas dos imágenes dos grandes perras actuales, la de la izquierda más alemana con hocico fuerte y la segunda, Guinevere the Fifth Element, con origen y tendencia más del sur, con buen hocico pero con belfo más contenido en tamaño, bien dibujado y excelente expresión.

 

 

Con respecto a los parámetros que debemos tener en cuenta para valorar una construcción técnica y/o espectacular podríamos desglosarlos  (sin querer hacer una valoración exhaustiva de cada uno de ellos) en los más importantes, que para mí son los siguientes: construcción, estructura, sustancia, hueso, proporción, elegancia-atractivo, robustez, potencia, armonía, energía y clase.

 

La construcción son las partes blandas y duras que forman el cuerpo, es decir, tanto huesos como, músculos, tendones y piel.

 

La estructura es la parte dura del organismo, es decir costillas, columna y huesos largos y sus junturas, es decir, las articulaciones.

 

La construcción y la estructura son dos aspectos que van íntimamente ligados hasta el punto de que solemos hablar muy alegremente de ambos confundiéndolos. Para diferenciarlos yo diría que la estructura son los ensamblajes básicos de la construcción, sin embargo ésta es la obra terminada. En términos arquitectónicos la estructura son los cimientos, los pilares y los elementos que sujetan a unos con otros y la construcción es, como ya dije, la obra al completo.

 

La sustancia es el relleno que poseen las partes tanto blandas (musculos, tegumentos y piel), como la dura: el hueso.

 

Cuando hablamos de un ejemplar con hueso nos referimos a la sustancia que posee unicamente las partes duras, preferentemente los de sus extremidades.

 

La proporción es el conjunto de medidas de comparación entre unas partes y otras de la estructura del cuerpo y la cabeza.

 

La elegancia es el conjunto de formas que existen en el individuo que le crea un atractivo.

 

Para que un perro sea atractivo, a parte de factores constitucionales de calidad, es necesario un bonito color de manto.

 

A veces los colores no son demasiado tenidos en cuenta a la hora de criar. Debemos saber que no sólo existe el gen dorado, el atigrado y el blanco. El criador, si quiere encaminar su cría a producir el “superclase” debería tener en cuenta que además de esos tres, existen genes encargados de disminuir los pigmentos y por tanto a dar mantos apagados; otros se encargan de extender el manto o disminuirlo, por lo que tendremos ejemplares más marcados en blanco o menos, incluso existe el gen A (agoutí) que es el encargado de producir un manto carbonado, tan frecuente en ejemplares de nuestra cabaña y, bajo mi punto de vista, que resta vistosidad al mismo.

 

Además, los genes del color muchas veces vienen asociados a otros, por ejemplo: el gen blanco viene íntimamente ligado a factores morfológicos relacionados con los rasgos del bulldog. Estos factores ayudan a favorecer ciertos aspectos del tipo, pero también pueden exagerarlos si no se controla en la cría e incluso hasta producir taras teratogénicas, como labios leporinos y paladares hendidos.

Seleccionar un buen color (tanto atigrado bien rallado y con buen fondo, como dorado), tener la suerte de que el blanco, en caso de perros marcados esté bien distribuido y simétrico, una máscara con el negro distribuido como manda el estándar y unos ojos oscuros, va a ser un añadido más al atractivo de nuestro ejemplar; no obstante, también hay que tener en cuenta que el color, más que un valor funcional, tiene importancia estética, así que nos sirve como un añadido más, pero no como un pilar donde basar nuestras elecciones (en caso de comprar un cachorro por ejemplo) o de planificar un cruce.

 

La robustez o fortaleza es simplemente la fuerza que posee y transmite el ejemplar.

 

La potencia muchas veces se confunde con la robustez y aunque normalmente un ejemplar robusto suele ser potente, no tiene por qué. Desde el punto de vista físico la potencia es la capacidad de generar una fuerza en un espacio corto de tiempo. Es decir, se da en aquellos ejemplares explosivos en todos los aspectos de su movilidad: andar, posar, etc. A veces, los ejemplares robustos pueden ser bastos en sus movimientos, ser poco gráciles y es cuando hablamos de ejemplares toscos y por tanto nada potentes. También se habla de hocico potente cuando éste es cúbico, ancho y con relleno, aunque personalmente no creo que esta definición sea exactamente la adecuada, quizás debería de decirse en este caso: “hocico con mucha sustancia” u “hocico fuerte”, en todo caso.

 

Mediante el cálculo del índice corporal se puede hallar la fortaleza o robustez del ejemplar para referirnos a ella de una manera más precisa. Para ello existe la siguiente fórmula:

 

        Longitud del cuerpo*100

IC=---------------------------------

                Perímetro toráxico

 

En un boxer este parámetro debe comprender entre los valores 75 a 84, que es el que equivale a una raza mesomorfa.

 

Mario Perricone en su libro “El libro de el Boxer” comenta también que el peso ideal de un ejemplar con buena osamenta y sustancia debe ser el resultado de la multiplicación de su talla por 400 gr. en las hembras y por 550 gr. en los machos. Con esta comparación, una perra de 55 cms. pesaría 22Kg. Y un macho de 60cms. 33 Kg. Bajo mi punto de vista esta medida es más bien orientativa porque las perras deberían de pesar algo más.

 

             

 

Fig. 16 y 17 El ejemplar de la izquierda es un animal corto, fuerte, con mucha sustancia que se acerca al braquimorfismo; la perra de la derecha, probablemente porque es aun joven denota más elegancia,casi ligada al dolicomorfismo.

 

La armonía es como el equilibrio estético de las formas que componen al individuo. En realidad es como la proporción pero sin medidas, simplemente con la apariencia que representa para el ojo el conjunto.

 

Energía es el estado de estimulación en que se encuentra el ejemplar cuando es exhibido. La energía no debe ser ni muy alta ni muy baja. Un perro muy energético puede parecer histérico y uno pasivo: linfático, con poca clase.

 

Clase: nivel de energía en su justa medida, unido a un saber estar y elegancia superior a la media. A un ejemplar no sólo hay que prestarle atención a las bonitas formas que componen su estructura y construcción, sino a la elegancia del andar e incluso al color de su manto, ya referido anteriormente.

 

Desglosados todos estos conceptos, podemos concluir en que un ejemplar técnico es aquel cuyos aspectos medibles son los correctos y que se acercan mucho a los que exige el estandar, sin embargo no tiene por qué poseer otros aspectos menos ponderables como lo serían su belleza, atractivo y elegancia, que son más subjetivos.

 

Dado que al ejemplar se le juzga bajo parámetros medibles y no medibles es muy posible encontrar a ejemplares que, aun siendo correctos, no llegan a tener un atractivo significativo para destacar en los rings.

 

Para ejemplarizar esto que acabo de decir no debería utilizar casos reales con perros actuales para que nadie se sienta ofendido o aparentemente beneficiado. Pero dar más claridad a lo expuesto, no me queda más remedio que citar varios casos que pueden servir: el primero es el de un perro que actualmente cuenta con casi 9 años y está en el extranjero y con un buen palmarés por lo que su calidad debería ser incuestionable y su fama imposible de incrementar más de lo que se ha ganado a pulso. El ejemplar mencionado es Ravel du Val d’Europe, un extraordinario Boxer atigrado. El perro yo nunca lo he visto en vivo, sino en numerosas fotos en las que me parecía correctísimo, pero nunca me llamó demasiado la atención.

 

                                            

 

                                                                  Fig. 18 CH. Ravel du Val d’Europe

 

Lo cierto es que reflexioné acerca del por qué este ejemplar tan bueno no me llenaba y no encontré una explicación concreta. Analizando sus rapports y viendo sus fotos observé curioso que, los pocos peros que podía tener un ejemplar tan correcto como éste, muchas veces se atribuían a excusas algo contradictorias. Parece ser que el ejemplar no es grande, sin embargo es un perro que perfectamente se puede incluir dentro de las medidas permitidas por el standar, al contrario de algunos otros que la exceden en mucho. También  se le puede achacar aparentemente que la sustancia que posee está al límite de lo justo para ser un macho; sin embargo, estoy convencido de que si se le hace el cálculo del indice corporal tiene unos resultados correctos. Su color atigrado es poco rallado, con un dorado de fondo bonito y aunque en conjunto no resulta demasiado atractivo no es incorrecto de ningún modo.

 

Su nieto Hannibal Optima Grata, ejemplar de lo más completo que existe hoy en día, conserva la corrección de Ravel, mejorada. Con un color dorado rojizo precioso y además se le añade una dosis de espectacularidad y clase que le convierten, bajo mi punto de vista en un claro ejemplo de boxer completo, tal como cualquier criador pudiera soñar tener.

 

                                       

 

                                     

 

                                       Fig. 19 CH. Hannibal Optima Grata. Lo tiene casi todo.

 

Este caso es un buen ejemplo de cómo una buena selección puede hacer aprovechar unas cualidades para mejorarlas y avanzar.

 

El ejemplo opuesto, es decir, el del ejemplar espectacular que, pese a ciertas carencias técnicas no deja de llamarnos la atención, merece ser ocupado por uno que lleva en su nombre el sello de la espectacularidad: Class de Aikhal, mucha clase, energía y elegancia subsanan en él, de largo, algunas de las carencias que posee. Aparte de esa superclase se le adereza una cabeza preciosa y un dorado vistosísimo.

 

 

                                         

 

               Fig. 20 CH. Class de Aikhal, ejemplar de superclase. En la foto se aprecian unos aplomos delanteros mejorables.

 

Su nieto, Zago dei Centurioni quizás no posea tanta clase como él, pero es un ejemplar muy completo, superando a su abuelo con creces en corrección. Una vez más, fruto de un cruce bien dirigido, se consigue de ciertas carencias, obtener virtudes.

 

                                              

 

                               Fig. 21 CH. Zago dei Centurioni. El ensamblaje delantero muy superior al de su abuelo Class.

 

Ambos casos, el de Hannibal y el de Zago nos refieren que una crianza bien dirigida puede hacer muy aprovechable a los dos protagonistas de este artículo: tanto al perro puramente técnico, como al espectacular.

 

Nuestra raza, en los comienzos, conseguía el equilibrio a base de hacer cruces compensatorios con ejemplares extremos. A principios del siglo XX, se usaba mucho para ello, el cruce entre ejemplares toscos con ejemplares elegantes y ligeros. En estos momentos el cerco de estos extremos se estrecha, pero aun así es necesario, siendo el margen de extremismo más corto que en el pasado, estar dotados de ellos para no alejarnos del tipo correcto.  Como diría el maestro, el fallecido Dr. Bosi, siempre debemos tener cerca al Bull dog para equilibrar las continuas oscilaciones que a lo largo de las últimas décadas lleva siguiendo nuestra raza.

 

Una crianza estricta basada en la corrección únicamente puede hacer que se pierda atractivo y una basada sólo en la espectacularidad nos puede hacer alejarnos del estandar.

 

La elegancia llevada a los extremos hace que los cuellos se alargen, las cruces se eleven y en compensación los radios óseos de las traseras aumenten de longitud y los torax se aplanen para sustentar este tipo de estructuras. El resultado puede ser muy vistoso pero hace que el perro pierda gran parte de su funcionalidad (ver por ejemplo la figura 8). Ésto no sólo sucede en las construcciones sino también en las cabezas. La Sra. Rezewski, en una entrevista realizada hace unos pocos años, opinaba que para no perder el tipo se debería usar de tiempo en tiempo cabezas más fuertes. Ésto deduce que, si nos dedicamos a criar solo con cabezas bonitas, pero justas, es muy posible perder el tipo en varias generaciones.

 

Suele ser frecuente cuando observamos a un ejemplar en el ring que  valoremos con más vehemencia sus defectos. Esto no sólo es sencillo, sino inevitable ya que el perro perfecto no existe. Además, normalmente los defectos son parámetros medibles y tangibles. Sin embargo, es muy complicado valorar al ejemplar por sus virtudes, muchas de ellas basadas en aspectos tan subjetivos como el atractivo y la clase; por eso, yo valoro mucho al boxerista que es capaz de discriminar los defectos de menor calibre y centrarse en las virtudes de mayor relevancia. Aprender a conocer los defectos nos puede costar unos meses, sin embargo valorar las virtudes nos llevará toda una vida.

 

Para finalizar, quisiera dejar una reflexión en el aire que quizás nos sirva para analizar mejor a un ejemplar cuando lo veamos en ring: si tenemos delante a un perro que no llama la atención vamos a observar sus formas para ver si son correctas; y si vemos a otro que es espectacular miraremos sus defectos. Una vez hecho ésto, valoraremos sus virtudes y comprobaremos si ambos son tan malos o tan buenos como en principio creíamos. Si somos capaces de encontrar la esencia de ambos ejemplares, quizás estemos aprendiendo a valorar las virtudes por encima de cualquier esquema mental erróneo que se nos haya colado, distorsionando nuestra concepción de la raza.

 

Carlos E. Rodríguez