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EL DESTINO DE UNA RAZA

 

Articulo cedido por Carlos E. Rodriguez, al cual agradecemos una vez más su colaboración por cedernos este interesante artículo.

 

 

 

 

 

El destino de una raza.

 

El destino se suele entender como un camino trazado con anterioridad, al que uno no le queda más remedio que seguir porque no existen atajos y menos aún rutas alternativas; Los que no creen en esta definición  se colocan en una posición opuesta y creen que el destino, entendido como el lugar final de un camino al que se debe llegar, se consigue a base de trabajo y esfuerzo.

Este artículo no pretende entrar en debate acerca de cuál de estas definiciones es la más acertada, sino que creo que mejor es quedarse con las dos y fusionarlas en una, que vamos a llamar: “forjarse el destino”; porque aunque a veces tenemos lo que nos merecemos y alguna fuerza mística o invencible nos lleva irremediablemente hacia alguna meta no premeditada; otras, sin embargo; cuando se trabaja no solo con esfuerzo sino con intención se suele, a veces incluso, sortear las fatalidades a las que esas fuerzas misteriosas parecen condenarnos a dirigirnos.

Muchos coincidirán conmigo cuando se dice que el destino de una raza es conseguir que el mayor número de ejemplares de dicha raza sigan el patrón estipulado por su estándar específico. A veces, incluso se pueden añadir matices a ese patrón utilizándolos para contrarrestar defectos comunes que se estén dando en índice muy alto en ciertas regiones o áreas en épocas concretas. Esto se puede hacer modificando el propio estándar, o creando normativas específicas en cada club.

Pero no debemos dejarnos llevar por la corriente, tal como sugiere la definición más “pura” de “destino” para conseguir este fin que supone homogeneizar la raza, ya que esta meta la  tenemos aún muy lejana, debido a que, el  Bóxer, es una raza muy complicada.

El camino a seguir, aunque el final del destino sea el mismo, nos obliga a acceder a veces  por caminos fáciles y otras veces por otros que nos harán retroceder y complicarnos un poco la vida, pudiendo llegar, si no se pone remedio, a caer en el riesgo de perder el rumbo.

Pero aparte de conseguir una raza donde la mayoría de sus miembros cumpla de una manera bastante cercana los patrones del estándar debemos de tener una raza que sea vital, longeva y saludable. Entendiendo salud desde el punto de vista de 3 pilares: inmunidad, vitalidad y estructura. Es fácil suponer que mirando el corazón, la cadera y la columna vertebral no podemos concluir que el Boxer es sano. Tendremos que ver también si es enfermizo, si posee enfermedades de transmisión genética, alergias y si es longevo.

El Boxer que se cría hoy en día es fruto de la tendencia que predomina en el presente. Nada es cosa de la casualidad. Si criamos por ejemplo bóxer fuertes es porque a la mayoría de los criadores,  organismos y jueces nos gusta ese tipo de ejemplar. Lo que quiere la mayoría marca tendencia en todo: el tamaño, la elegancia, la corrección, etc. Pero no me quiero centrar solo en aspectos estéticos ya que, también otros, como factores reproductivos, enfermedades etc. están ahí porque los hemos dejado colar.

Un Boxer criado por nosotros es fruto de nuestro esfuerzo y dedicación. Deberíamos desearle a ese ejemplar que sale de nuestra casa una vida plena, donde crezca  con salud, se acople perfectamente a los ambientes en donde va a desarrollar su función y convivencia; y tenga una vida larga.

Si la tendencia de los criadores en esta época es hacer prevalecer factores estéticos sobre el resto, el futuro de la raza está en peligro.

Sin embargo, la fuerza de un solo criador sobre la tendencia general es muy débil. Eso no quiere decir que haya que dejarse llevar. El criador no sólo debe hacer su trabajo con responsabilidad, sino expresar en el contexto que sea adecuado sus preocupaciones y dificultades para que puedan ser resueltas.

Muchas veces uno cría con responsabilidad, con ánimo de tener calidad desde el punto de vista estético y con el deseo de aportar un plus al resto de la comunidad boxerística, trabajando bien los 3 aspectos generales y básicos de la cría que son la salud, la belleza y el carácter.

Sin embargo y no sabemos por qué, a pesar de controlar estos tres aspectos bien, las cosas se tuercen. El motivo es muy simple, recogemos sangre de muchos criaderos y es muy difícil controlar lo saneados que andan los pooles en todos ellos.

Para tener más control sobre estos aspectos debemos fiarnos de los datos estadísticos que un club responsable debería tener o simplemente criamos con ejemplares cuyos dueños lleven tanta asepsia en el control de sus Boxers como el que podamos tener nosotros.

Aun así, aún llevando el control estadístico o la información rigurosa del criador con quien se hacen los tratos de cruce, el pool del Boxer lleva mucha información negativa que no se controla de otra manera si no es a través de análisis de laboratorio.

Ya este tipo de trabajo de laboratorio se está llevando a cabo en algunos clubes de raza con el objeto de descubrir enfermedades de origen genético del tipo: displasia renal juvenil o axonopatías progresivas etc.

Si usted ha llegado en la lectura hasta este párrafo y está pensando:”que lío se montan para cruzar perros de raza” me gustaría que pudiera darse cuenta de que para conseguir que un grupo de perros llegue a tener características similares, es indispensable recurrir a la consanguinidad. Esto hace que al ser todos familia, se parezcan, pero también trae muchas consecuencias negativas si no se actúa con responsabilidad, tales como: disminución de la fertilidad, de la lívido, de la inmunidad y, como ya dije, transmisión de enfermedades de origen genético.

 

Volviendo al hilo del control que deban hacer entidades o agrupaciones boxeristas, tipo club, ATIBOX, etc.: Muchos clubes voluntariosos han creado normativas que han significado una mejora en la salud de la raza y otras que no tanto.

 

Yo quisiera que el lector supiera cuáles son los métodos de control estadístico y otras normativas que suelen usar algunos clubes más avanzados para que los criadores podamos tener más datos objetivos que nos sirvan para regular nuestra crianza.

Base de datos sobre controles radiográficos y ecocardiogramas. Se refiere a un control que lleva el club sobre los resultados de caderas, columna vertebral y corazón. En los clubes nórdicos además, se presta atención a las articulaciones de la rodilla y el codo.

Las estadísticas de taras. Nos referimos a llevar recuento de las camadas que nacen con leporinismo o palatinismo y criptorquidismo fundamentalmente.

La información detallada de la camada: En Alemania se detalla en el pedigrí el número de cachorros nacidos, cuántos muertos al nacer o después de los 7 días, cuántos leporinos /palatinos, blancos y si el parto fue natural o cesárea.

Los exámenes de selección. En la mayoría de países la selección o apto de cría, más que para controlar qué perros tienen los requisitos mínimos para criar desde el punto de vista de la salud (se presentan tests de displasia de cadera, espondilosis y cardiopatías), morfológico (se hace un análisis detallado desde el punto de vista morfológico al ejemplar) y caracterial (se encamina sobre todo a valorar los instintos relacionados con la defensa: con una prueba de mordida con figurante; y sociabilidad: pasando con un grupo de desconocidos).

Debemos tener en cuenta que estos controles de salud y estadísticos a veces nos hacen meter en un embudo donde, de muchos ejemplares, solo unos cuantos tienen la posibilidad de criar.  Para ensanchar el cuello del embudo son necesarias dos cosas: usar líneas de refresco y no ser tan radicales a la hora de excluir. Se debe de excluir taxativamente ejemplares con genes mórbidos o transmisores de enfermedades mortales o altamente invalidantes, pero nunca a aquellos que teniendo estadísticas de taras en un índice malo aporten otras virtudes buenas, o que tengan algún grado, dentro de lo permitido, de displasia o espondilosis.

El criador por su parte debe saber muchos parámetros, lo que hace entender que la cría de un perro de raza va mucho más allá del cruce de dos campeones para seguir conservando la tipicidad y la funcionalidad.

Un criador, si realmente quiere criar (con mayúsculas) debe mentalizarse, antes de supeditar la cría al objetivo exclusivo de la fabricación de campeones, que sus perros son unos seres vivos especiales, que sienten y padecen como cualquier humano. Criar sin responsabilidad significa abocar a un ser vivo a una muerte precoz, a una vida de perpetua maternidad o en el peor de los casos a una vida prolongada y con sufrimiento.

Para evitar esto hay que hacer un uso responsable de la consanguinidad. Sería también interesante conocer el índice de consanguinidad a nivel de laboratorio que tengan nuestros perros.

 

Al margen de conocimientos de estándar, buen ojo y capacidad para seleccionar el semental adecuado para su perra según estudio de líneas, consanguinidades y complementariedad, el buen criador que se precie de serlo debería seleccionar ejemplares sin taras genéticas y con aspectos reproductivos buenos.

 

A nivel personal, comentarles a modo de ejemplo y sin afán de protagonismo, algunos detalles de mi experiencia como criador: Yo crío desde que era un niño y lo más que me gusta de esta actividad es ver  crecer a los cachorros. Saber que les puedo ayudar a crecer sanos y fuertes. Me encanta su olor, su ternura y también su energía. No hay nada más reconfortante para un criador que ver a varios de esos gordotes luchar por una teta. Es un espectáculo que no tiene precio. Mi meta está en tener buenos ejemplares de Bóxer que sean sanos y que tengan buen carácter y si salen campeones mejor aún, nunca antepongo esto último a lo primero.

Sin embargo la cría no ha sido un camino de rosas para mí. Mis perras de cría no han sido esas paridoras ideales que todo criador deseamos y tampoco unas lactantes ejemplares y no me lo explico porque siempre busqué reproductoras cuyas madres fueran buenas en este aspecto.

Hablo mucho con otros criadores para conocer también sus experiencias, para saber qué me está pasando y cómo resolverlo. Desgraciadamente las noticias que recibo de ellos, en muchos casos no son halagüeñas. Hay líneas mejores y otras peores pero por lo general los problemas reproductivos aparecen en un porcentaje importante en nuestras perras de cría.

Excluyendo problemas  relacionados directamente con el cuidado o que aparecen por causas circunstanciales, como son enfermedades neonatales, malas condiciones ambientales y/o sanitarias de la paridera, ambientes que aumentan la intranquilidad de la madre, desnutrición de la madre, etc… en condiciones ideales para parir hay otras razas más adaptadas a la nuestra a no sufrir tantos contratiempos.

Con este cuadro los que criamos Bóxers debemos de plantearnos la ruta hasta ahora caminada y hacernos varias preguntas si queremos llegar al destino ideal:

¿Es posible conseguir una raza Bóxer homogénea?

¿Podremos conseguir una  raza cuyas hembras paran perfectamente y la cabaña en general crezca sana, vital y hasta edades avanzadas en condiciones ideales?

Probablemente la respuesta a estas dos preguntas sea una común: cuanto más homogeneidad mayores problemas de salud y reproductivos y a la inversa, cuanto menos problemas de salud mayor heterogeneidad.

La raza Bóxer es muy complicada de homogeneizar porque criamos parámetros que genéticamente son antagónicos. Primero un molosoide atlético. Mantener el equilibrio es muy difícil, ya que por poco que pierdas el tino en la elección del cruce; o bien te salen muy ligeros; o bien muy toscos.

En cuanto a la cabeza no debemos olvidar que las razas de perros proceden del lobo, eso hace que inexorablemente la impronta de éste tienda a aparecer, aunque sea en un grado ligero, en cuanto nos descuidamos en los cruces. Hace unos años leía una broma de una gran boxerista diciendo en el día de los “inocentes” que habían encontrado una isla donde habían dejado abandonado a unos pocos bóxers y al cabo de una decena de años se había creado una manada numerosa. Probablemente, si esto hubiera sido cierto, o bien ya esos perros descendientes de los primeros no tuvieran nada que ver con un Bóxer típico o, peor aún, se hubiesen extinguido a consecuencia de malos alumbramientos, problemas de lactancia etc.

Por este motivo creo que luchar contra natura para fijar cabezas y de forma antagónica para crear un perro fornido y a la vez plástico son dos de los factores más importantes que dificulta la homogeneización de la raza.

Aún así tenemos al menos 3 ejemplos con diferencias considerables que podemos seguir para aprender hasta  donde se puede dirigir nuestra raza y cuál es el tipo que se puede fijar mejor. Estoy hablando de tres tendencias de Bóxers de tipologías marcadamente diferentes que existen en el panorama mundial: Los Bóxers americanos, los ingleses y los europeos.

También me gustaría saber cómo se desarrolló en cada una de estas tendencias las enfermedades de transmisión genética y las taras, pero desgraciadamente no manejo muchos datos sobre esto en UK y USA. Aunque sé que en UK han tenido en el pasado un brote grande de incidencias de cardiopatías que han mejorado a base de quitar ciertas líneas más propensas de la cría y parece ser que en la actualidad están teniendo problemas con la afección renal juvenil (JKD), no obstante, ni sé la incidencia ni las medidas que están tomando para contrarrestar este mal, ni si en Europa, donde también existen casos, su incidencia es mayor o menor.

Así que, fijándonos en la tipología vemos que, aún no siendo yo riguroso seguidor de los bóxers UK o los USA, que los bóxers americanos mantienen una homogeneidad mejor en general

(ver estos videos: grupo de machos americanos https://www.youtube.com/watch?v=D4pzIvuFBcQ

grupo de hembras americanas https://www.youtube.com/watch?v=WCD8i8otKX4

grupo de campeones americanos machos y hembras https://www.youtube.com/watch?v=ZwZ1ics7Z9c),

seguidos de las estructuras de los Boxer ingleses

(ver estos vídeos: grupo de hembras inglesas https://www.youtube.com/watch?v=_3iioB11aOE

grupo de machos ingleses https://www.youtube.com/watch?v=M6kRNqnqr1g)

y por último por la heterogeneidad en cuanto a líneas que se dan en Europa, es decir, dentro de esta tendencia, existen varias subtendencias dependiendo de núcleos o criadores de influencia.

 

Viendo esto, se puede concluir por encima, que las cabezas americanas no siendo tan chatas, ni tan carnosas de belfos, ni tan curvadas de cráneos y con mentones algo huidizos son cabezas que, aunque en Europa nos desagraden bastante, son más fáciles de fijar.

 

 

 

LEAD Technologies Inc. V1.01

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fig. 1 Sirrocco’s Sing it to me. American winer AKC 2004. Se puede usar como representante de la tendencia Americana.

 

Los perros británicos se ven ejemplares fornidos, muy bien angulados y aplomados con cuellos larguísimos, pero sin embargo suelen tener tórax menos profundos que los europeos.

En este sentido se puede concluir que renunciando algo a los tórax profundos se puede conseguir más homogeneidad y equilibrio en el cuerpo.

 

Con respecto a las cabezas de los UK veo que hay muchas diferencias entre unos y otros y que no han logrado unir cráneos más comedidos a buenos hocicos. Por lo general no suelen tener mentones marcados. En la cabeza suelen verse cráneos redondos voluminosos y arrugas en la frente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fig. 2 Ejemplar emblemático en UK Winuwuk Lust at the first sight. Representa en cierto grado el tipo de cabeza que se suele ver en las islas británicas.

 

 

En Europa se ven construcciones muy variadas. Vemos ejemplares altos de cruz y rectos de delante y muchas malas traseras (Ver fig. 3). Esto no siempre es así, pero lo que sí es claro es que nos cuesta mucho conseguir el equilibrio porque le damos mucha importancia a la fortaleza y a la amplitud de la caja toráxica (Ver fig. 4).

 

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Fig. 3 Apoll v. Bereler Ries, padre del gran Mirco v. Turmblick que fijó un tipo de cabeza sensacional, tal como nos gusta a los que criamos tendencia EU, cabeza limpia, angulosa, armónica, con volumen de hocico… Sin embargo, podemos apreciar en el siguiente enlace que Apoll fue, como uno de tantos otros sementales de influencia, portador de pool con traseras mejorables: https://www.facebook.com/photo.php?v=185143558191196&set=vb.118837621507230&type=2&theater

 

 

 

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Fig. 4 Dan du Chemin Fleuri. Vemos un tipo de caja toráxica que gusta mucho criar en diferentes núcleos del boxerismo europeo.

 

 

En cuanto a la cabeza es muy difícil encontrar una cabeza con hocico ancho y dentadura también ancha unida a subida de mentón y las longitudes de los caños nasales que suelen tender a lo corto no están muy fijadas. El problema que tenemos en Europa con la cabeza son las aletas nasales estrechas y la cortedad de la longitud del caño nasal (ver fig. 5), que se promueve por dar mayor vistosidad a la anchura de hocico, pero que por el contrario nos deja problemas de ventilación y de transmisión de taras congénitas, como es el leporinismo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fig. 5 David del Colle dell’Infinito fue un semental muy valorado. Observese la cortedad del caño y la estrechez de la aleta nasal.

 

 

Con estos ejemplos no quiero infravalorar a ninguna de las tendencias, ni imponer un estilo con respecto a otros, pero sí son datos que nos deberían servir para replantearnos objetivos.

Cerrándose cada uno en las “modas” tipológicas de su propia tendencia impedimos aprender de lo conseguido en sentido positivo por cada uno de los tres y tampoco lograremos preservarnos de los problemas que cada uno de éstos tienen en su cabaña.

Además, siendo intransigente y corto de visión en otros aspectos que los meramente estéticos y “tradicionales” no podremos evaluar de donde vienen los problemas y cómo poder ponerle solución.

Con un trabajo de selección bien programado a nivel institucional  se podrían marcar unas pautas para hacer un estudio poblacional en referencia a los parámetros morfológicos más marcados en cada tendencia, otro sobre los rasgos morfológicos que crean asociativamente más problemas a nivel de salud (el ejemplo más típico es la relación  leporinismo y cortedad del caño, pero se podría investigar otros como talla y displasia o cortedad de riñón y espondilosis, etc.).

 

Con el resultado se podrían seleccionar las líneas más limpias de tu propia tendencia sin necesidad de recoger sangre de las otras; o bien aprovechar el trabajo de fijación ya realizado en las otras tendencias haciendo cruces “híbridos”. Por ejemplo, las angulaciones inglesas, los pies de gatos americanos o el hueso y la sustancia europea. Es sólo una propuesta. Probablemente debido a causas ajenas a la crianza, más bien, denominémosla causas “filosóficas”, este plan de “hibridación” (lo llamo así porque son tendencias que probablemente desde los 50 no tienen un antecesor común) es inviable. No obstante, con ello no se consigue un tipo de Boxer estupendo según la visión que tiene cada uno de su propia tendencia porque luego habría que crear un arduo plan de selección y fijación de los productos obtenidos, pero desde luego sí que se ganaría en heterosis y; por tanto, una revigorización del pool genético. Los países nórdicos llevan tiempo usando sangre inglesa y europea y aunque la calidad morfológica se podría discutir, aún teniendo representantes muy dignos, han llevado a cabo una limpieza a nivel de los parámetros de salud más conocidos (corazón, cadera, rodilla, codo y columna) que es loable. A nivel particular, ciertos criadores de las islas británicas (ver fig. 7), de América (ver fig. 6) y de Holanda han obtenido buenos resultados estéticos con la hibridación. No son perros en la “moda”, pero al menos son ejemplares correctos y muy atractivos (sobre todo si somos capaces de observarlos quitándonos prejuicios que obedecen a razones extra-cinológicos) .

 

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Fig. 6 JeSa Jay Bold Venture, ejemplar de madre americana y padre europeo. Aunque sea un ejemplar más elegante que fuerte, tiene la suficiente calidad para descubrir que, realizando un cruce acertado, se puede tener esperanzas de combinar pooles muy diferentes, de tendencias casi antagónicas sin estropear nada.

 

 

 

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Fig. 7 Klowsberry California Dream (izq.) y Chluarain Glen Scotia (der.) Dos magníficas perras jóvenes hijas de un macho UK y de una madre EU. Combina aspectos buenos de ambas tendencias.

 

 

Tal como vemos y a falta de unirlo con datos relacionados con la salud quizás el tipo de Boxer que se debería de fijar en Europa no representa al Boxer que se destila en la actualidad. Creo que habría que tener fijados más aplomos y angulaciones como en las islas británicas y modificar un poco el tipo que se ve en la actualidad por mucho que duela. Al fin y al cabo el estándar impone un modelo de perro que si fuera un macho de 63 cms, debería pesar unos 35 kilos. Sin embargo lo que se suele ver es inmensos ejemplares de 66 cms con más de 40 kilos en ring. Los tórax deben llegar al codo y su altura ser la mitad de la altura a la cruz y sin embargo se premia mucho al ejemplar con 1 ó 2 cms de más. Lo mismo pasa con las cabezas, el estándar pide una proporción cráneo hocico 1:2, sin embargo podemos llegar a ver muchos campeones que exceden dicha medida hasta en 1:3 y son usados con mucha frecuencia en reproducción. Con esto conseguimos tener más riesgo de incrementar la aparición de taras como el leporinismo, el paladar hendido e incluso la acrocianosis.

Para concluir este artículo debemos retomar el hilo del principio del mismo y plantearnos el destino al que debe llegar nuestra raza. Se puede ir por la senda donde se estudien las enfermedades de transmisión genética de las diferentes líneas de sangre, controlar los índices de consanguinidad en los cruces, mirar cuál es el tipo que facilita la homogeneidad de la raza y reduce taras y mirar las líneas cuyas perras son mejores paridoras y lactantes y en base a eso establecer un plan; o bien dejar que la providencia y las tendencias de la moda nos vayan llevando hasta el lugar que elija.

 

Artículo escrito en Junio de 2014 por Carlos E. Rodríguez